Las personas que van acercándose a la edad de jubilación forman parte de uno de los colectivos laborables más vulnerables. Las posibilidades de encontrar empleo para una persona parada con más de 55 años se reducen por varios factores y virtudes como la experiencia laboral o las habilidades adquiridas con los años quedan en un segundo plano cuando el objetivo es que tu currículum destaque sobre el resto de candidatos a entrar a una empresa. Con el objetivo de dar apoyo y más herramientas a este colectivo, el Ayuntamiento de Gijón anunció la creación de la Agencia de Intermediación Sénior, una oficina de empleo enfocada directamente a los «colectivos laborales especialmente vulnerables».

El anuncio lo realizó Carlos Noriega, director de Planes de Empleo del Ayuntamiento de Gijón, en el marco de una jornada sobre talento sénior organizada por el diario EL COMERCIO en el hotel Begoña Park. De esta forma, el responsable de los planes locales de empleo explicó que el proyecto, que se pondrá en marcha en el primer trimestre de 2019 y se alargará durante los tres próximos años, pretende incidir en cuatro pilares fundamentales: la integración, la adaptación, la actuación y la visibilidad del colectivo. «Queremos facilitar la formación ocupacional y hacerlo de una forma práctica. Que los ciduadanos que lo necesiten puedan conocer empresas y mejorar sus capacidades y habilidades sociales», resumió Noriega.

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La oficina, que se enmarca dentro de un «ambicioso plan» de impulso del empleo sénior, llegará a 200 beneficiarios anuales. Esto es, 600 personas a lo largo de sus tres años de vida. Otra de las líneas de actuación del plan incidirá solo en la parte práctica y servirá para poner en contacto a personas que vengan de otros planes de empleo o que cuenten con «amplia experiencia laboral» con empresas. «Queremos ponerlas en el escaparate y que encuentren salida laboral», resumió Noriega.

Durante el desayuno informativo también participaron Lorena García, directora de delegación de Adecco; Mayte Villastrigo, cordinadora del Centro Tecnológico Agroalimentario (Asincar); Guillermo Suárez, director de Recursos Humanos de Ikea Asturias y Cristina Tuero, jefa del Área de Internet de EL COMERCIO quien ejerció como moderadora de la mesa redonda. Durante la mañana, todos los ponentes coincidieron en la necesidad de dar visibilidad al colectivo pero, sobre todo, en la necesidad de mejorar la formación de los reclutadores para que dejen a un lado prejuicios y contraten de forma normalizada a mayores de 50 años.

«En nuestro último informe comprobamos que más del 40% de los currículums son descartados de primeras por la edad. Después, el 60% de los reclutadores reconocen que no contratan a mayores de 55 por temos a que no encajen con los trabajadores junior y el 18% explica que no los contratan porque pedirían salarios más altos o no tendrían flexibilidad laboral», resumió Lorena García.

En este sentido también incidio Villastrigo, que ya ha realizado proyectos laborales con personas desempleadas en esta franja de edad y, tras varias pruebas en empresas, la mayoría ha encontrado un contrato indefinido a raíz de su compromiso y valía. «Cuando a una empresa le mandas una persona en prácticas con más de 50 años, de primeras, choca. Les pedimos que confíen y la verdad es que ha tenido muy buen resultado. El aporte de estas personas es cada vez mayor y vemos como algunas empresas ya empiezan a requerir perfiles de más de 30 años», sostiene la coordinadora de Asincar.

Suárez, por su parte, incidió en la necesidad de que las empresas se conciencen en que los valores laborales de una persona «no dependen de su edad». A su juicio, el mercado laboral actual cuenta con varios ejes que hacen que la edad sea una variable cambiante en la ecuación. «La esperanza de vida es diez años mayor que hace no mucho, lo que hace que los trabajadores de 55 años sean equiparables a los de 45 hace apenas una década. Después el entorno y la incertidumbre de los cambios también condicionan mucho a las empresas», explicó.