La innovación no es una opción, sino una obligación, decía el director de Grandes Clientes y Administraciones Públicas de Telefónica Territorio Norte, Manuel Ángel Alonso, tras charlar sobre innovación abierta y digitalización como herramientas para la recuperación con el consejero de Desarrollo Autonómico del Gobierno de La Rioja, José Ignacio Castresana, y con el director de Tecnología de Ecoembes, Manuel de Arcocha.

«El que no se haya dado cuenta, tiene un problema», apuntaba también, a la vez que el consejero Castresana insistía en que esa necesidad de innovar es para todos. «Me toca a mí ser innovador, a cada uno de nosotros», indicaba, recordando, eso sí, que ello implica fracasar a veces y aprender y seguir creciendo. Pero de esto depende «el futuro económico y social de la región, por lo que es una tarea de la máxima importancia».

Desde Ecoembes, Manuel de Arcocha, quiso destacar que si ya existía un proceso de transformación de la sociedad, la pandemia del Covid lo ha acelerado todo, de forma que los hábitos ciudadanos son ya diferentes, por lo que se hace preciso pensar y reiniciar la actividad.

En este aspecto, Castresana insistió en la necesidad de todas las empresas, de todos los autónomos, de reflexionar sobre el modelo de negocio que desarrollan, sobre las nuevas necesidades de sus clientes, sobre su relación con los proveedores, sobre sus socios…Y contó que se les ofrece una ayuda directa de 2.000 euros por esos pensamientos a través de un formulario online con preguntas tales como ‘en qué han cambiado sus clientes, en qué su producto, si debería mejorar su web…’, mientras que también se realizan asistencias técnicas virtuales. Después, cualquier inversión tecnológica que se derive de este repaso general, obra, estudio de mercado… cuenta con una cofinanciación del Gobierno regional del 40 por ciento.

Si la crisis ha hecho que se normalice la tecnología, que no se tenga miedo a cambiar procesos ni a la innovación, según entendía el consejero, el responsable de Telefónica apuntaba que, a veces, la digitalización obligada no se ha llevado a cabo por desconocimiento y, así como las grandes firmas tienen sus planes trazados, hay otras que no han tenido ni el tiempo ni la capacidad para llegar a esa conclusión.

Los últimos meses han sido como entrar en un túnel del tiempo y salir transcurridos cinco años en lo que a digitalización se refiere, ejemplificaba Manuel Ángel Alonso, pero esto no solo no significa que esté todo hecho, sino que quedan retos muy importantes, sobre todo ligados al ámbito industrial y de la pequeña y mediana empresa, que, además, es mayoritaria en la comunidad riojana, reconocían los ponentes.

Proceso imparable

Pero el proceso «es imparable», aseveraba el consejero Castresana, porque además del impulso previsto para implantar mejoras en el panorama regional a corto plazo, a medio y a largo está Europa porque ésta es una apuesta de carácter continental.

La digitalización es una parte muy importante de la necesaria innovación, pero ésta tiene más aristas y no a todas pueden llegar las distintas empresas. Es muy difícil que una empresa conozca todas aquellas posibilidades de innovar que le afectan, pero hay que partir de que muchas veces estas firmas no son conscientes de las ventajas de la innovación y el desarrollo de nuevos productos, argumentaba Castresana.

Así, se refirió al Proyecto Germina, de la Fundación Riojana para la Innovación, que pretende que empresas que ya han aplicado procesos innovadores con éxito aconsejen a otras que aún no lo han hecho sobre las ventajas que conlleva y los inconvenientes de no hacerlo, todo ello con el respaldo de personal técnico de la misma fundación, de la Consejería y de la Agencia de Desarrollo de La Rioja.

Si esa experiencia deriva en la necesidad de hacer inversiones, las empresas obtendrán el mencionado 40 por ciento de su importe en ayudas, calculó el consejero. «Primero, inspirar y, luego apoyar la adquisición», resumió.

Se refirió además a otros ambiciosos planes relacionados con el envase y el embalaje, en lo que se ha dado en llamar ‘ciudad del envase’, que pretende conjugar investigación con fabricación, de forma que la parte de la innovación puedan aportarla startup innovadoras, con nuevos diseños, materiales y prototipos y la otra parte sea una planta de producción industrial prototipo en la que probar las soluciones aportadas.

Aplicación sin demoras

Y ello porque en muchas ocasiones las empresas no tienen la posibilidad de parar sus procesos productivos para probar novedades y de esta forma lo que se implanta ya se ha puesto a prueba y se debería poder incorporar sin más problema ni demora alguna. Ahí citó además el papel de los distintos centros tecnológicos que ya funcionan en la región y que proporcionan I+D a las firmas.

Desde Ecoembes, Manuel de Arcocha felicitó la iniciativa de la ciudad del envase que prevé el Ejecutivo riojano porque, además, se alinea muy bien con los objetivos para 2030, citó, para referirse a continuación a las ventajas de la colaboración público-privada en este ámbito, con la administración como usuaria, pero también como palanca del emprendimiento.

Para él, la innovación abierta es fundamental para atraer el talento. No hay que olvidar que tenemos otra pandemia, además de la generada por el coronavirus, que tiene que ver con el cambio climático y la necesidad de sostenibilidad. A su juicio, los entornos colaborativos son fundamentales y de ahí su decisión de implantarse en La Rioja hace unos años y el desarrollo de hasta 150 proyectos, entre ellos, el último que premia las acciones de reciclaje, Reciclos, para el que se quiere una implantación ya completamente nacional en 2021.

Manuel Ángel Alonso recordó que, a través de Telefónica Open Future. startups con la tecnología necesaria y propuestas puedan contactar con las empresas que deberían ser sus clientes y éstas a su vez pueden solucionar retos con medios de cualquier parte del mundo.

Una startup gallega, Monet Viticultura, especializada en cuestiones vitivinícolas, ha monitorizado campos riojanos y ofrece información que permite ajustar decisiones sobre el cultivo, recordó el responsable de Telefónica, quien se fijó en que trabaja con varias bodegas de La Rioja (y fue la primera ganadora del programa de innovación abierta Galicia Open Future).

La innovación es uno de los vectores de desarrollo regional, recordó el consejero Castresana, quien se fijó en que el otro es la internacionalización, si bien éste segundo ha de llegar precedido del primero. «Es un cambio de paradigma», contó.

Los sectores maduros tienen una necesidad aún mayor de impulsar su negocio. Así, en materia de calzado se están estudiando, por ejemplo, productos específicos para personas mayores, es decir, productos específicos y avanzados para nichos de mercado nuevos.

O en el sector agroalimentario, más de setenta empresas agrupadas colaboran en investigaciones varias, desde el desarrollo de productos de cuarta y quinta gama al desarrollo de proteínas vegetales con sabor a carne.

«La Rioja se encuentra en una situación excepcional» para Manuel Ángel Alonso porque cuenta con empresas líderes en innovación que pueden hacer de guía y sectores muy potentes en el panorama nacional e internacional.